Equipar nuestra oficina con falsos techos nos proporciona a corto plazo muchas ventajas en muchos sentidos. Solo hace falta saber aprovecharlos para que sean de gran utilidad y además combinen con la decoración de nuestra oficina.
Existen todo tipo de falsos techos, pero los más usados son los techos de alumnio y los techos de pladur.
Aunque también podemos encontrar en el mercado falsos techos de escayola, los más usados son los de aluminio y pladur. Dentro de la gama de pladur existe una gran variedad y se caracterizan por dar un acabado idéntico al del techo tradicional. Además podemos escoger en su gran diversidad techos con distintas características como resistencia al fuego mejorada, de baja absorción de agua o incombustibles. Por otro lado, es también muy usual que los falsos techos prefabricados sean de aluminio, ya que es un material económico, ligero y fácil de colocar.
Las Ventajas de los falsos techos
Una de las principales ventajas de cubrir el techo de nuestra oficina con un falso techo es que nos facilita ocultar toda la instalación eléctrica y de calefacción de nuestra oficina. De esta manera todo el cableado queda escondido y no distorsiona la armonía de la oficina. Por otro lado, nos sirve como método de aislamiento acústico y térmico. Por una parte nos ayudará a mantener el habitáculo insonorizado y por otra, ahorrar en el consumo de energía.
Podemos instalar los techos de pladur o aluminio ya no solo por necesidad, sino también por motivos decorativos. Si queremos diferenciar dos ambientes de la oficina el techo es demasiado alto y no nos convence, el falso techo es la solución. Además podemos ornamentarlo con distintos motivos para dar un aspecto más cálido y ameno. Así mismo, también podemos usar el pequeño espacio entre techo y techo como trastero pequeño, por ejemplo, para guardar documentación o aparatos que temporalmente no usamos.